COMUNICADO DE LA ACCIÓN CATÓLICA GENERAL:
Por dignidad humana, trabajo para todos
Ante la actual situación de
crisis económica, la Acción Católica General ha promovido
entre sus militantes, niños, jóvenes y adultos la realización de una campaña sobre uno de sus aspectos más sangrantes: el desempleo.
Fruto de esta campaña, se
ha constatado en cada realidad el drama del paro a nuestro alrededor, no
sólo desde las cifras y
estadísticas oficiales, sino poniendo rostro y
nombre a quienes lo sufren; se ha indagado en sus causas y
consecuencias, denunciándolas y valorándolas
a luz del Evangelio; y
se han puesto en marcha múltiples iniciativas en cada una de las diócesis,
que tratan de
ser testimonio de fe,
esperanza y caridad en nuestra
sociedad.
Estamos asistiendo a un desbordamiento de las instituciones y organismos de asistencia social y a un aumento imparable de
los colectivos
en riesgo de exclusión
como consecuencia
del desempleo: los inmigrantes, las personas sin soporte familiar, las familias monoparentales con hijos, las familias con todos sus miembros en paro, las que son desahuciadas de sus viviendas,
los jóvenes, que en muchas ocasiones
se ven obligados a
emigrar, los niños,
que ven como
empeoran sus condiciones sanitarias y educativas y de manera creciente la calidad de su alimentación, los
mayores de 45
años, los jubilados con familia
dependiente de
ellos, las personas con
discapacidad, los
autónomos
con pequeños negocios,
etc.
Además de ser un desastre social, la falta de trabajo es un drama personal: repercute muy negativamente en la persona y en su entorno familiar; trunca los proyectos vitales y hace
que surjan problemas de autoestima, de consideración social, de retrocesos en los avances de la
emancipación de la mujer,
incluso de violencia y autoritarismo en las relaciones. Todo esto provoca sentimientos de desasosiego,
impotencia,
rabia, indignación
y miedo.
Observamos igualmente
una precarización del
empleo que sigue provocando
incertidumbre e inseguridad.
No es una opción admisible combatir las cifras del paro mediante una flexibilización sin límites del mercado laboral que además, ni siquiera está frenando la destrucción de empleo.
Denunciamos
desde
nuestro
ser
Iglesia:
Es clara y repetida la doctrina de la Iglesia sobre el trabajo. El trabajo no puede ser un
mero instrumento al servicio de la productividad o competitividad, es decir, no debe supeditarse a intereses económicos o
incluso especulativos. Antes bien, el trabajo ha de ser expresión
insoslayable de la dignidad humana, revelando a la persona como protagonista de su historia y,
al mismo
tiempo, ha de suponer una
contribución
al bien común.
A este respecto, son especialmente esclarecedoras las palabras de Benedicto XVI en el
nº 63 de su encíclica Caritas
in veritate cuando expresa que “Al considerar los problemas
del desarrollo, se ha de resaltar la relación entre pobreza y desocupación. Los pobres son en muchos casos el resultado de la
violación de la dignidad del trabajo humano, bien porque se limitan sus posibilidades (desocupación, subocupación), bien porque se devalúan «los derechos que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y de su familia». Por esto, ya el 1 de mayo de 2000, mi predecesor Juan Pablo
II,
de venerada memoria, con ocasión del Jubileo de los Trabajadores, lanzó un llamamiento
para «una coalición mundial a favor del trabajo decente», alentando la estrategia de la Organización Internacional del Trabajo.
De esta manera,
daba un fuerte apoyo moral a este objetivo, como aspiración de las familias en todos los países del mundo. Pero ¿qué significa la
palabra «decente» aplicada al trabajo? Significa un
trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de
todo
hombre o mujer: un
trabajo libremente elegido, que
asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar
a los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un trabajo que consienta
a los trabajadores organizarse libremente y
hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse
adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un
trabajo que asegure una
condición digna
a los trabajadores que llegan a
la jubilación.”
Y de una forma
aún
más contundente se
expresó Juan Pablo II
en
su
encíclica
Centesimus annus nº 43 al afirmar que “una sociedad en la que este derecho (al trabajo) se niegue
sistemáticamente y las
medidas
de política económica
no permitan a los trabajadores
alcanzar niveles satisfactorios de ocupación, no puede conseguir su legitimación ética ni la
justa paz social.”
Por todo lo expuesto y como miembros de la Iglesia, que no permanece ajena a esta realidad,
nuestro
compromiso nos
lleva
a actuar en
diversas direcciones:
- Colaborando para cambiar la realidad actual de desempleo, implicándonos a fin de que
éste
pase de ser un problema personal a un problema social. Hemos de dar respuestas colectivas a problemas personales.
- Como cristianos y ciudadanos, debemos ejercer una ciudadanía activa, participando en estructuras de decisión (sindicatos, partidos políticos, instituciones públicas), en
coherencia con nuestro
ser
Iglesia, con el fin de que estas
estructuras de poder estén al servicio del ser humano, dentro de su medio social y natural, y
teniendo la luz del Evangelio como
guía.
- Manifestando solidaridad en diferentes ámbitos y con diferentes formas, concretamente
en el medio laboral, buscando el
reparto
del trabajo estructural,
mediante las reducciones de jornada, jubilaciones tempranas que conlleven empleo juvenil, pactos inter-generacionales que
superen los agravios
comparativos.
- Reclamamos a los poderes públicos que aseguren a todos los habitantes los mínimos
básicos, universalizando el derecho a la sanidad y la educación.
- Seguiremos participando en el fortalecimiento de las redes de asistencia y ayuda mutua,
empezando por la estructura
familiar y siguiendo por la vecinal, parroquial, social,
etc.
- La forma de consumo predominante en la actualidad es un caminar a la destrucción sin
retorno. Nos
comprometemos, por tanto, a vivir más sencillamente y a
moderar nuestro consumo, como
forma de vida más justa para el hombre y para la naturaleza.
Madrid, 30
de octubre de
2012.
II ENCUENTRO GENERAL DE ACOMPAÑANTES
La Acción Católica General celebrará el II Encuentro General de Acompañantes, que tendrá lugar en El Escorial (Madrid) los días 10 y 11 de marzo. Al Encuentro asistirán varios miembros del grupo de formación de Acción Católica de nuestra Parroquia de S. Luis.
Este segundo encuentro general tiene como contenido central la formación cristiana que la ACG propone para sí misma y para toda la Iglesia. Es por lo tanto un encuentro en el que pueden participar acompañantes pertenecientes a la Acción Católica General o acompañantes que, no siendo miembros de la ACG, quieren conocer y descubrir las claves de la formación. También es un encuentro adecuado para aquellas personas que sienten la necesidad de acompañar un grupo, pero sienten ese miedo inicial y sienten que necesitan formación en esta tarea tan necesidad para la evangelización.
Los dos días de celebración del encuentro están organizados en dos núcleos fundamentales:
1.- En el primer núcleo, y a través de diferentes dinámicas y actividades, iremos ahondado en las cuestiones fundamentales de la formación, en los contenidos de cada uno de los itinerarios, en las características del acompañante...
2.- En el segundo núcleo nos dividiremos por sectores a los que acompañamos o nos gustaría acompañar (niños, jóvenes o adultos), y experimentaremos un contenido de cada uno de los itinerarios.
Más información: http://www.accioncatolicageneral.es/
Este segundo encuentro general tiene como contenido central la formación cristiana que la ACG propone para sí misma y para toda la Iglesia. Es por lo tanto un encuentro en el que pueden participar acompañantes pertenecientes a la Acción Católica General o acompañantes que, no siendo miembros de la ACG, quieren conocer y descubrir las claves de la formación. También es un encuentro adecuado para aquellas personas que sienten la necesidad de acompañar un grupo, pero sienten ese miedo inicial y sienten que necesitan formación en esta tarea tan necesidad para la evangelización.
Los dos días de celebración del encuentro están organizados en dos núcleos fundamentales:
1.- En el primer núcleo, y a través de diferentes dinámicas y actividades, iremos ahondado en las cuestiones fundamentales de la formación, en los contenidos de cada uno de los itinerarios, en las características del acompañante...
2.- En el segundo núcleo nos dividiremos por sectores a los que acompañamos o nos gustaría acompañar (niños, jóvenes o adultos), y experimentaremos un contenido de cada uno de los itinerarios.
Más información: http://www.accioncatolicageneral.es/
PRESENTACIÓN DE LA ACCIÓN CATÓLICA
Sabado 16 de Octubre
El grupo de Acción Católica General ha realizado una presentación al grupo de jóvenes y adultos que recibieron el Sacramento de la Confirmación el pasado día 10.
Esperamos que muy pronto el grupo de Acción Católica vea incrementado el numero de miembros.
ACCIÓN CATÓLICA GENERAL DE ADULTOS
La Acción Católica General se encuentra presente en la Parroquia de San Luis desde el año 1994, la denominación anterior del movimiento era Acción Católica General de Adultos, en la actualidad se denomina Acción Católica General, englobando tres sectores (Adultos, Jóvenes y Niños).
En nuestra Parroquia de San Luis tenemos un grupo de adultos que se reúnen los lunes de 20.00 h a 21.30 h, está formado por 8 militantes acompañados por el Párroco D. Antonio Felices, que desde los inicios de la Parroquia de San Luis está realizando un gran esfuerzo por promover la Acción Católica tanto la general como la especializada entre los miembros de la comunidad.
Desde los inicios de la Acción Católica General han sido diferentes las realidades existentes en la Diócesis de Almería, pero en la actualidad la que se mantiene viva y comprometida es la de la comunidad de San Luis.
Han sido numerosas y diversas las actividades en las cuales el grupo de ACG ha estado presente colaborando y participando como tal en la Parroquia de San Luis, por ello queremos animar a todas aquellas personas que tengan inquietud por profundizar en su formación como cristianos, deseen implicarse en su parroquia de una forma más activa así como descubrir su misión en el exterior de la Parroquia que se pongan en contacto con nosotros, pueden hacerlo en la misma Parroquia de San Luis.
Hacemos un breve detalle de cuales son los objetivos prioritarios de la ACG y por tanto de nuestro movimiento a nivel Diocesano y Parroquial. (más información).
Saludos.
(acgalmeria@gmail.com)