EL DOMINGO DE RAMOS, entramos con Jesús en
Jerusalén. Con nuestros ramos lo aclamamos con fe, porque creemos en él, porque creemos
que su camino es camino de vida.
Y luego, escuchando el relato de la pasión y celebrando la Eucaristía, nos queremos unir a ese su camino de fidelidad, de entrega por amor hasta la muerte.
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