En la Eucaristía de esta mañana, los niños y niñas que recibirán su Primera Comunión en el mes de Mayo, han renovado sus promesas bautismales. Han estado acompañados por sus padres, padrinos y catequistas. Desde este medio queremos felicitar a todos, niños, padres y catequistas, Que el Señor os bendiga.
Es una costumbre generalizada,
dedicar una celebración a renovar las promesas del bautismo en el transcurso de
la catequesis de iniciación cristiana, que precede a la Primera Comunión. Es
ésta una práctica pastoral bien fundada y coherente con la teología de los
sacramentos y el sentido de esta catequesis de iniciación.
Bautismo, Eucaristía y
Confirmación —tal es de hecho el orden de su recepción en la actualidad— son
los sacramentos de iniciación en la vida cristiana, estrechamente entrelazados.
La vida nueva de los hijos de Dios, inaugurada por el bautismo, se plenifica
por la comunión con Cristo en la Eucaristía y se fortifica con la fuerza del
Espíritu en la Confirmación. En todo caso, la fe y las promesas bautismales son
la base y punto de partida de todo el desarrollo de la vida cristiana en la
Iglesia.
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