El próximo 2 de febrero se celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Este año bajo el lema “La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido”.
La
historia de la vida consagrada se cuenta por sus siglos, sus personas y sus
frutos: desde su nacimiento hasta hoy, el suyo es un caudal ininterrumpido de
vida y esperanza para el mundo. Así lo experimentamos cada día cuando somos
capaces de descubrir la presencia sencilla de las personas consagradas en la
Iglesia y en la sociedad, fermento de Cristo en la masa de la humanidad. Y así
lo recordamos con gratitud y compromiso cada 2 de febrero, fiesta de la
Presentación de Jesús en el templo. Especialmente desde 1995, año en que san
Juan Pablo II instituyó la Jornada de la Vida Consagrada
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