LA MIRADA DE LA FE. " EL PUNTO MAS BAJO". RAMON BOGAS

 Uno de los valores que más se estiman en nuestra sociedad contemporánea es la CERCANÍA. Admiramos a los políticos cercanos, a los famosos que se paran a saludar y se hacen un selfie contigo, al cantante que saluda a sus fans y les da besos. Y es fácil de entender. ¿Prefieres a un médico que te atienda personalizadamente o al que va erguido y rápido a ver al siguiente paciente?¿El abogado o funcionario que te explica con palabras sencillas una compleja situación legal o al que se expresa con palabras ininteligibles para un ciudadano medio?¿Un sacerdote u obispo estirado y “príncipe” que no saluda por la calle o uno cercano que bese a los niños y se pare con la señora del barrio a preguntar cómo anda de la ciática? Creo saber la respuesta. Estamos en la era de la CERCANÍA, LA PROXIMIDAD Y EL TRATO PERSONAL.
Pero quien inventó todo esto hace más de 2000 años es el Jefe. Pensó que cuanto más bajo fuera el lugar donde naciera, más universal sería para todos llegar a Él. Y me explico. Para entrar en un palacio hace falta acceder por el control de seguridad, pasar una valla perimetral, entregar tu invitación al guarda… para entrar en el corral, en el pesebre no hace falta ni llamar a la puerta. El punto más bajo es siempre el más accesible. Y así lo soñó Él en la eternidad del tiempo y así lo celebrábamos en este tiempo de Navidad que ya hemos concluido. De este modo declaró, definitivamente, que el cristianismo (por la particular manera de nacer su fundador) es la antítesis de todo elitismo.


Ahora nos toca preguntarnos a sus seguidores cuál es nuestro “estilo”. Es verdad que, en parte, es una cuestión de carácter, pero en todo se puede hacer un esfuerzo y mejorar. ¿Cómo es tu trato con los demás? ¿Eres una persona accesible, cercana? ¿Es fácil tratar contigo? ¿Eres próximo? ¿Qué imagen crees que proyectas? ¿Haces esfuerzos para ser empático, compresible, llano? En definitiva: ¿Eres más de palacio o de pesebre?
En la respuesta a estas preguntas estamos jugándonos más de lo que pensamos. Porque se nos llama a ser “portavoces” de un estilo que inauguró nuestro Maestro. Ser cercanos, expresarnos con la empatía suficiente para que nos entienda nuestro interlocutor, mostrarnos próximos a sus preocupaciones y su vida es una forma de continuar ese estilo de Jesús que siempre supo hablar en parábolas, poniendo ejemplos de la vida de la gente del campo, estando también presente en sus alegrías y en sus tristezas.
Todos anhelamos el sueño de un mundo bueno, de una sociedad que ame, de una vida vibrante. Y es, precisamente, la disposición a implicarnos en las necesidades, inquietudes, alegrías y esperanzas de otros lo que hace que nuestra vida pueda ser como un vergel de múltiples colores, músicas, formas y olores; y ésa es la tierra fértil para los lazos profundos.
Ramón Bogas Crespo
Director de la oficina de comunicación del obispado de Almería

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