EVANGELIO DOMINGO 23/09/2012

El Hijo del hombre va a ser entregado"
Mc 9, 30-37
Salieron de allí y atravesaron Galilea. Jesús no quería que se supiera, porque estaba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y, después de muerto, a los tres días resucitará». Pero ellos no entendían estas palabras y no se atrevían a preguntarle. Llegaron a Cafarnaún y, una vez en casa, les preguntó: «¿Qué discutíais por el camino?». Pero ellos callaban, porque en el camino habían discutido sobre quién entre ellos sería el más grande. Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: «El que quiera ser el primero que sea el último y el servidor de todos». Tomó en sus brazos a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: «El que acoge a uno de estos pequeños en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no es a mí a quien acoge, sino al que me ha enviado a mí».
Necesitamos manifestar esa sabiduría que viene de arriba. Aprendamos a afrontar los ataques, comentarios, desprecios… como una oportunidad para probar nuestra fe. Como indica el documento de trabajo del Sínodo (119): Esto sirve para renovarnos, para anunciar más incisivamente en el mundo en que vivimos la esperanza y la salvación dadas por Jesucristo (…) Es una invitación a vivir con aquella fuerza humilde que nos viene de nuestra identidad de hijos de Dios, de la unión con Cristo en el Espíritu y de la novedad que esta unión ha generado en nosotros

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